Cuando los clientes nos eligen entre tantas empresas de ayuda a domicilio en Santander para cuidar a niños, tienen que vencer resistencias iniciales muy comprensibles.

Al detectar esas resistencias (las miradas fijas, las preguntas detalladas y que requiere esfuerzo contestar, las vacilaciones al salir de casa y delegar en nosotros…) no hacemos más que darnos cuenta de la responsabilidad que tenemos encargándonos de algo tan importante como el bienestar de los más pequeños.

Cuando necesites empresas de ayuda a domicilio en Santander que se queden con tus hijos, seamos o no nosotros los finalmente encargados de la tarea, piensa en estas consideraciones previas.

-          Fíate de la experiencia. Las habilidades que se desarrollan en contacto diario con niños, atendiendo sus constantes demandas, sepan o no formularlas con palabras, son imposibles de adquirir de ninguna otra manera. Los niños lo requieren todo de un cuidador, física y psicológicamente, y una persona experta sabe aparcar todo lo demás y concentrarse en ellos durante ese tiempo.

-          Prioriza la empatía. Los niños responden desde los primeros años a cada estímulo emocional que reciben. Da igual si saben leer y escribir mejor que toda su clase o si son bebés que aún no controlan sus esfínteres. Todos responden al cariño y la comprensión y retroceden instintivamente ante las personas que no se preocupan lo suficiente por ellos. Fíjate en si el cuidador/a les mira a los ojos, responde comprendiendo al lenguaje no verbal de los pequeños y si está a gusto con ellos de forma natural.

-          Estudios y títulos. Quizá secundario al lado de los otros dos requisitos, pero muy de agradecer. La mejor formación es perfecta para formar.

Si necesitas una persona para determinados días de la semana, interna o para una urgencia, en Auxifam esperamos tu llamada.